miércoles, 1 de abril de 2009

!MUJERES! Lo que nos Identifica.... Pscología de la Mujer


Una de las características de la mujer es la capacidad de involucrar todas las esferas de su persona, todas las facultades, todo su ser, en lo que realiza.

Vivimos en un mundo donde la balanza social se ha inclinado hacia el lado masculino; ese ha sido el modelo a seguir. En la carrera por la igualdad la mujer ha adquirido en muchas ocasiones un arquetipo viril que no se corresponde con lo que habita dentro de ella. Eso ha provocado una desconexión con su propia naturaleza femenina. Estos últimos descubrimientos sobre su cerebro dan la razón a lo que algunas ya presentían. La mujer tiene ante sí la oportunidad de experimentarse a sí misma de una forma renovada, fuera de los esquemas sociales y culturales vividos hasta ahora. Fuera de la comparación con un modelo que no es el suyo. Investigar conscientemente la diferencia, sin esquemas, con valentía, sin pudor, es sin duda el gran desafío. Un paso más hacia lo femenino.
Para poder analizar este tema no puedo dejar de lado el desarrollo de las Neurociencias, y a su vez el de la Neuropsicología.
Hasta las ocho semanas de gestación todos los fetos parecen tener un cerebro unisex que muchos científicos consideran femenino. Al parecer, la naturaleza elige el género femenino por defecto y dos de los nueve meses que hemos pasado en el útero, todos hemos tenido ese cerebro en concreto. Cuando llega esa octava semana, se define el sexo del futuro bebé y con ello cambian los planos de construcción, en caso de ser niño. Porque si el bebé es varón, empezará a llegar gran cantidad de testosterona al feto, lo cual matará neuronas que ya tenía en los centros de comunicación y paralelamente hará crecer más neuronas en los centros sexuales y de agresión. De esta manera, configurará un cerebro diferente, masculino. Mientras que si el futuro bebé es niña, su cerebro seguirá creciendo como una continuación de las ocho primeras semanas, desarrollando más conexiones en los centros de centros de comunicación y las áreas que procesan la emoción.
El cerebro masculino y femenino es sumamente diferente. La desigualdad está en cómo funciona y se procesa la información. Muchos investigadores aseguran que mientras ellas son más multifuncionales y poseen visión de conjunto, ellos son más lineales y apuestan por la especialización cerebral. Paralelamente, las hormonas de las féminas viajan disparadas por su cuerpo, poniendo a prueba sus estados de ánimo como una montaña rusa que muchas intentan controlar mediante los fármacos.
Las mujeres desarrollan la facilidad con respecto a lenguaje más rápidamente que los varones, son más expertas en expresar sus sentimientos y más hábiles que los varones para usar palabras que exploran y sustituyen reacciones emocionales tales como peleas físicas.
Cuando las niñas juegan juntas lo hacen en grupos pequeños e íntimos, poniendo el acento en minimizar la hostilidad y potenciar al máximo la cooperación mientras los juegos de los varones se desarrollan en grupos más grandes y ponen el acento en la competición.
Las chicas se vuelven expertas en interpretar señales verbales y no verbales y en expresar y comunicar sus sentimientos, los chicos minimizan las emociones que tienen que ver con la vulnerabilidad, la culpabilidad, el temor y el daño.
La mujer, al observarse así misma, descubre determinados fenómenos físicos y psíquicos que afectan su personalidad, en mayor o menor grado. Todo este fenómeno inicia en la pubertad, pasando por la maternidad y terminando en el climaterio. La familiaridad con estos fenómenos y la compresión de los mismos en su finalidad los llevan a adquirir un profundo conocimiento de sí misma.
Al conocerse físicamente, la mujer adquiere un conocimiento profundo de sí misma, estrechando así los lazos entre su yo interior y exterior. Este proceso se da generalmente desde la pubertad, etapa en la que la mujer experimenta una serie de cambios físicos y psicológicos y casi siempre se tornan sensibles cambios de actitud vital e incluso existen clarísimas alteraciones de carácter, así como estados de ánimo que en determinadas circunstancias pueden lindar con depresiones de signo alarmante.
Los principales cambios psicológicos de la adolescencia de una mujer están relacionados con los procesos biológicos de la pubertad, con una necesidad de ir estableciendo un modelo de relacionarse con los demás y una personalidad propia que aún se desconoce ya que no se ha configurado totalmente, también está relacionado con las responsabilidades que se deben ir asumiendo progresivamente y además con una desilusión de las figuras paternales y del entorno social.
Muchos psicoanalistas opinan que la menstruación es un foco de fantasías en las que actúa como factor decisivo la angustia, cuya estrecha vinculación a la sexualidad ha podido ser comprobado a partir de los estudios de Freud.
Ya que hombres y mujeres adquieren desde lo corporal una diferenciación sexual casi definitiva que remite a roles sociales; se puede afirmar que este cambio psicofísico es más pausado en los varones, pues se enorgullecen de su virilidad, mientras que es más brusco en mujeres, ya que de pronto de un día para otro aparece la menstruación y un nuevo papel en la reproducción y la sexualidad. La mayoría reacciona favorablemente pero algunas lo viven de manera negativa con la anorexia nerviosa, donde ciertos autores ven una negación frente a la femineidad.
Cuando la mujer va asumiendo su estado femenino y acepta su cuerpo con sus comportamientos de manera positiva, se puede decir que logra la madurez de su identidad. Si la mujer no acepta su destino, crea un conflicto consigo misma, provocando un estado de tensión y lucha, que tiene sus propias consecuencias físicas y psicológicas.
El cerebro femenino es más apto para la empatía y la captación de matices emocionales mientras que el masculino tiene más espacio dedicado al impulso sexual y centros más desarrollados para la acción y la agresividad. Las mujeres están programadas para mantener la armonía social.
“Muchas mujeres encuentran alivio biológico en compañía de otra; el lenguaje es el pegamento que conecta a las mujeres entre sí”. No es así en los hombres y de ahí que muchas mujeres sufran por el diferente patrón de comunicación de sus parejas. Incluso disfrutar con el conflicto, en las mujeres se desencadenan reacciones hormonales negativas.
La mente femenina posee una percepción intuitiva de los sentimientos, con una tendencia a unir más que a separar. Se puede agregar que la subjetividad femenina procede del mundo emotivo y efectivo de la mujer; perdiendo objetividad por involucrar su yo afectivo-emotivo con la realidad. Por esto exagera, es susceptible, personaliza las reacciones y actuaciones de los demás.
Su subjetividad le hará especialmente capaz de interpretar los actos externos de quienes le rodean, sea marido, hijos, personas con quien trabaja. Si se encuentra en una actitud de donación, será capaz de darles un significado humano. Esto le llevará a actuar ante estas personas como quien las aprecia, las ama, les da seguridad, las motiva o les advierte, reprende, critica, corrige.
Es la esfera de la maternidad la que le lleva a observar los comportamientos para configurarlos como verdaderamente humanos. Esto la mujer está llamada a trasladarlo más allá de su esfera familiar, como aquella que puede humanizar el mundo de la política y el trabajo.
Generalmente las sensaciones son positivas ante la llegada de un hijo, pero no cabe duda que es un proceso de grandes cambios en la mujer, en la que la relación de la pareja que provocará algún que otro malentendido y conflicto. La mujer va a pasar por una serie de cambios físicos y psicológicos que van a afectar a su percepción del mundo y de ella misma.
Según los últimos estudios, la depresión es más frecuente durante el embarazo que tras el parto. Este tipo de depresión durante el embarazo puede tener efectos perjudiciales para el feto. Por este motivo son necesarios mayores esfuerzos para reconocer y tratar esta dolencia.
En cuanto a este tema, los investigadores opinan que la depresión preparto necesita atenderse con mayor interés. Por ello, es necesario estudiar sus consecuencias para intensificar su protección y tratamiento. También se han mostrado preocupados por el uso abusivo de antidepresivos durante el embarazo, por lo que se recomienda otro tipo de intervenciones no farmacológicas que se han mostrado efectivas en el tratamiento de depresiones moderadas. Además, los resultados indican que los síntomas de la depresión postparto no difieren de cualquier otro tipo de depresión, por lo que pueden ser tratados de la misma forma.
Otra etapa que es sumamente crítica dentro de los diferentes ciclos de vida de las mujeres, es la del climaterio, en esta etapa de vida femenina que se presenta de los 45 a los 65 años de edad caracterizada por la disminución de los niveles de hormonas en el organismo, principalmente de estrógeno, los cambios psicológicos se presentan a través del llamado "síndrome psico-emocional del climaterio", lo conforman una serie de síntomas de tipo psicológico que se inicia cuando la mujer se percata de la ausencia del ciclo menstrual, posteriormente se presenta la aceptación mental (acondicionamiento), que puede durar de semanas a meses y, por último, el reacondicionamiento en el que influyen el ambiente, la familia, el trabajo y la autoestima.
Varios son los cambios físicos y psicológicos en los diferentes ciclos de vida de la mujer; hay que tener en claro que las mujeres somos el eje principal de la sociedad actual y que nuestra participación en ella ha ido transformándose con el pasar de los años, y pese a todas las crisis emocionales a las que estamos expuestas por los diferentes cambios hormonales que vivimos, tenemos el don de poner el corazón en todas nuestras acciones, y esa nuestra principal característica que nos identifica.

Las mujeres tienen 11% más de neuronas en la zona del cerebro dedicada a las emociones y a la memoria. Debido a que ellas cuentan con neuronas espejo son mejores al observar las emociones de otros.